14 octubre 2009

LA CREACIÓN DE UN NUEVO ESTUDIO



Nacimos en los ochenta. Eso significa que vimos a nuestras madres usar hombreras y calentadores. Vimos reventar el Challenger y vimos a nuestros primos y vecinos jugar a la Nes y al Spectrum.

Nos salieron granos en los noventa. Eso significa que vimos a Sabrina enseñar el tetamen en fin de año. Vimos los neumáticos de Pamela Anderson rebotando y soplamos en los cartuchos de la Super Nintendo o Megadrive cada vez que se jodía un juego.

Ahora, en los inicios del siglo XXI los frikis inadaptados que jugábamos a videojuegos varias décadas atrás, somos los que dominamos el cotarro. Ahora mola ser friki y llevar el rollo retro: lo que antaño servía para ridiculizarnos, hoy se enarbola con orgullo y respeto reverencial.

Por eso, un grupo de creativos de distintas disciplinas que abarcan desde la publicidad hasta el cine y habiendo completado nuestras carencias afectivo-sociales, queremos embarcarnos en el nuevo arte que antes se tragaba monedas en las recreativas. Queremos enfrentarnos a esos que dicen que el videojuego es para críos. Y a los críos con trabajo fijo que creen que el videojuego es sólo para machacar botones.

Por eso hemos creado Final Boss Studio: para demostrar que en el videojuego se pueden contar buenas historias al unificarlo con la herencia cinematográfica de más de 100 años de tradición y así, estallen ojos de emoción y sangren esfínteres en una legendaria hemorragia emocional, al vivir los únicos momentos de épica multimedia al que podemos aspirar en nuestra vida cotidiana.

Porque somos el "Jefe Final". Somos lo que hace que valga la pena darle una paliza a todos esos punkies que han secuestrado a tu novia, cruzar la galaxia matando marcianitos clónicos, o hacerle un "Perfect" a M. Bison en el nivel ocho.